Existen luchas que se nos es imposible ganar. Muchas de ellas nos llevan a la locura.
Mi nombre es Ramona, mi antepasado mi bisabuelo llegó a estas tierras en contra de su voluntad, pues era un esclavo traído desde el continente africano, pero lo que los colonos no sabían era que llevaban algo más que un hombre.
Hace un mes nos mudamos al pueblo de Black mount, construimos una casa gigantesca la cuál sirve como departamento para todo aquel que quiera rentar un pequeño espacio de este hermosos hogar. Hace dos semanas nuestro primer querido huésped llegó, es obvio que huele a marihuana barata si me permito decirlo, su nombre es ches. Vulgar, arrogante y siempre tiene que traer esa camiseta blanca la cuál este llena de fluidos corporales. La razón por la que admití a ese hombre en mi casa es por algo tan simple: y es que no me quería aburrir.
Mi esposo Roberto trabaja en el hospital del pueblo “Nuevo amanecer” y mis hijos estudian en la secundaria preparatoria Ámbar, la mayor es Huguro tiene 17 años, el mediano es león y tiene 14 años y la más pequeña es luciferina tiene 6 años. También con nosotros está mi hermana Lilith quien no hace nada más que gastar la herencia que nuestros padres nos dejaron en alcohol y sexo.
Ohh, por supuesto casi lo olvidaba con nosotros también están Margo una joven rusa y Bruno un militar de la primera guerra mundial. Todos nosotros somos la familia Roes.
*12 agosto*
Nunca había sentido un verano tan largo, poco a poco este cae y deja lugar al bendito otoño, era un día algo arcano para nuestra familia pues está cena tenía que ser especial y los loas están presentes este día en el viento aún cuando están muy lejos de casa. Cómo toda ama de casa tengo que tener una buena comida para cuándo mis hijos lleguen de la escuela y mi esposo del trabajo, así que tome mis cosas y me dirijo directo a centro comercial. Está vez estoy eligiendo un pedazo de carne jugoso, que los nervios no se queden pegados en los dientes más bien que se resbalen entre ellos y jueguen con tus gustos.
Tenia que ser discreta, lo vi con los ojos el sudor que emanaba hacia llegar a mis fosas nasales era abruptamente delicioso. Calculé que pesaba entre unos 60 kilos. Tenia que ser rápida puesto que venía con su familia.
Después de tener la cena me apure en llegar, ya casi eran las 3 de la tarde así que encendí rápido la llama y metí la deliciosa carne a cocinar, no se preocupen por el ternero solo fue un corte profundo en la garganta. Algo bueno de mi familia es que nuestra dieta es balanceada necesitamos comer una vez por mes, la demás veces lo hacemos por placer. Pero hoy era el día especial todo tenía que estar perfecto para la ceremonia. De inmediato llame a Margo, ella bajo las escaleras –¿Que sucede señora?– pregunto con miedo en su voz.
–¡Recuerda hoy es la ceremonia! prepara todo para está noche– Margo asintió con fascinación en su rostro, toda la familia sabía que esté día era especial. No tiene que preocuparse por nuestro huésped el joven ches, algo bueno de esta gran casa es que está separada de las habitaciones que estoy rentando, esto quiere decir que para acceder a las habitaciones en renta tienes que salir por fuera, son lo que puedo decir casas independientes para la comunidad y la privacidad de nuestros inquilinos y la de mi familia, claro esto no quiere decir que desde mi casa no haya túneles secretos conectados a todas estas habitaciones, pero eso no importa este día es especial para la familia.
Nuestro reloj avanza tan rápido que ni siquiera me da tiempo de hacer nada, antes de lograr acomodar la mesa tocan a la puerta, corrí a abrir la puerta.
–Buenos días– eran dos oficiales una mujer rubia y un hombre de barba grande –Buenos días oficiales respondí– el oficial acomodó su cinturón y disculpándose pregunto –Disculpe la interrupción pero uno de sus vecinos llamo a la policía diciendo que escucho algunos gritos en la cochera ¿Le importaría si entramos– abrí la puerta por completo señalando la entrada –adelante pasé–afirme pues no tenía nada que ocultar, la oficial comenzó a hablar conmigo mientras el oficial revisaba la casa –Nos dijeron que tiene poco su familia en este pueblo–
–Si, así es, construimos está gran casa y rentamos los cuartos de afuera y aún lado para las personas que no tienen un hogar y la renta no es muy cara– La oficial asintió, no veía donde estaba el hombre, después de un tiempo el oficial regreso de la cochera y del 2 y 3 piso. –No parece haber nada aquí– afirmó el oficial sin embargo siguió –Pero usted no me da confianza señorita–
–¿Y porque esa afirmación tan banal?– el oficial me hablo, tomándome del hombro con fuerza me junto a él –Escúcheme usted no me da buena confianza, yo soy la ley en este maldito y asqueroso pueblo, así que cualquier cosa que haga estaré contra usted– sonreí –Esa afirmación es algo racista ¿No lo cree?– estirando mi brazo más fuerte indicó –Tómelo como le dé su maldita gana–
La oficial se acercó –¿Sucede algo? Oficial– el hombre contestó –Nada compañero solo una platica– los oficiales caminaron hacia su patrulla, llame a Margo –Margo da la comida que traje a los perros de la muerte, tengo otro platillo mejor para está noche–
La noche llegó, el oficial terminó su turno de servicio, pero nunca vio aquello que colgaba de los árboles, salió de su coche y entro a su cabaña en el bosque, pero nunca vio aquello que colgaba de los árboles, tomo su café vivía solo pues no era de extrañarse, pero nunca vio aquello que estaba en los árboles, fue a dormir justo a las 10 de la noche pero nunca vio aquello que lo esperaba en los árboles, solo un grito profundo se escuchó en el negro y frío bosque, la cabaña llena de sangre se quedaba mientras aquella cosa que nunca vieron trepar en los árboles arrastraba sin problemas el cadáver del oficial.
Llegué a casa y mi hermoso esposo me esperaba con velas en el comedor, los niños vestían de traje y vestidos rojos y negro hermosos, Margo y Bruno de igual forma traían antifaz negro con abrigos rojos, el suelo estaba cubierto de sábanas blancas para no manchar. Esta ceremonia era especial pues era la iniciación de nuestra pequeña Luciferina, pues tenía 6 años y era hora que nuestro señor Satanás la recibiera en su sagrado nombré. Oramos a los loas y destape el platillo principal.
Ohhhh.
Mi esposo admirado dijo –Es el oficial del pueblo, exquisito platillo querida, nuestras uñas se deformaron, más afiladas, eran más profundas podíamos cortar la carne y entonces dije –¡Coman!– mi familia y yo comenzamos a cortar la carne del oficial la devorábamos a pedazos su sangre hizo que nuestros ojos se hicieran negros como los de tiburón, la pequeña Luciferina arrancó la cabeza de un bocado. La sangre caía en nuestro palpitante piel, mi hermana se drogaba con el aroma del poder y arrancaba pedazos de pierna. Después de comer y con la sangre aún caliente escurriendo de nuestras bocas llevamos a la pequeña Luciferina a un círculo hecho con polvo de cráneo humano. El fuego de las antorchas comenzó a levantarse más y ante nosotros uno de los loas se presentó y muchas voces se escucharon cantar junto a su voz principal.
–Bienvenida… a nuestras filas.. Luciferina.– fue hermoso escuchar la voz de una de nuestros demonios representado en sombra la cuál levantó a la niña y la volvió a poner en mis brazos. La abracé con todo el amor de madre que se le puede dar a un niño ese día fue muy especial.
Ese día fue la gran iniciación principal.
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