Max Swet
Me atrevo a decir que en mi vida nunca he conocido familia más extraña que la familia de la señorita Ramona, se que está carta no es igual a las demás querida hija. Pues en esta carta no te daré mi explicación de cada semana sobre como me está yendo en esta vida nueva que aunque me pese decirlo no es tan nueva ya, tengo 5 años en este pueblo y siendo honesto es tan aburrido como ninguno, pero el día de ayer 11 de agosto Madam Ramona me invitó a su casa. Ramona para recordarte es la mujer del doctor Roberto los cuales hicieron una gran casa en el pueblo en uno de los vecindarios más chicos de aquí que aunque no es un vecindario pobre las casas tan solo tienen dos pisos, y está hermosa casa tiene 3 pisos de alto y está decorada con colores blancos. El punto es que extrañado por la invitación la cuál no fue nada normal ya que está llegó a mi casa, tocaron a mi puerta y al abrirla un hombre de algunos 32 años vestido de negro por completo y de piel blanca como la nieve esperaba en la puerta, me entrego un sobre y me dijo.
–Madam Ramona lo quiere ver en su casa, mi nombre es Bruno, ella dijo que quiere hablar sobre “historia”–
Por un momento no entendía, soy viejo lo se, tengo 62 años y pensé sobre a qué se refería, por un momento creí que era algo de jóvenes. La verdad no tenía para nada pensado ir, pero recordaba aquellas piezas de arte que vi entrando en su casa por la mudanza y por un segundo me sentí muy tentado ya que como profesor de historia conozco todo sobre ellas. Me prepare y asistí a dicha cita.
Llegué a la casa y un enorme portón negro se imponía entre la puerta y yo, así que estaba por llamar al timbre cuando misteriosamente se abrió el portón, me imagino que tienen cámaras, sería la única razón. Sin preocupaciones entre y estaba por tocar la puerta cuando lo sucedido anteriormente volvió a pasar, la señorita Ramona abrió la puerta, vestía un hermoso vestido rojo con lentejuelas y en los hombros portaba un enorme trapo con plumas que la verdad no tengo idea de cómo se llama.
–Bienvenido señor Max– dijo con una sonrisa siniestra en su rostro, la salude de mano y indiqué –Su carta me llegó–
–Eso es bueno, le pedí a Bruno que fuera personalmente ya que él es como de la familia– No se que tipo de parentesco tengan ella y Bruno, por lo que se ve ninguno, pero tampoco trabaja para ella, no entiendo, al igual que la muchacha de piel blanca que casi parece vidrio, al parecer la muchacha es Rusa su nombre es Margo y al igual que Bruno no trabajan en la casa.
Madam Ramona me invitó a pasar mientras me mostraba un cuadro hecho por su bisabuela, el cuadro tenía por nombre “libertad” lo cual mostraba todo lo contrario, pues eran esclavos negros con cadenas en el cuello, estaban trabajando en la tierra y dos hombres de piel blanca reían, los colores utilizados para está obra de arte eran tan oscuros que sentías su depresión y horror entrar por tus ojos. Madam Ramona comenzó a contarme una historia.
–Le diré una historia señor Max, cuando comenzaron a transportar esclavos estos mismos se empezaron a defender de sus colonizadores, mataban a todo aquel desconocido que entraba a sus tierras, pero había veces que la tribu le perdonaba la vida a uno de los colonos que lo atacaba y lo tomaban como su mascota, le permitían vivir con ellos pero con la condición de que no podía escapar– su historia me pareció extraña a lo que respondí –Disculpe, pero jamás había oído hablar sobre esas historias y soy historiador–
Me miró sin voltear su rostro más que sus ojos carmesí –Son historias que no son contadas por su gente porque ¿Cómo podrían decir que varias veces fueron los que perdieron? No por supuesto que no, ellos solo dejaron los textos donde decía que ganaron y algunos donde perdían una batalla, pero jamás la guerra–
Ella siguió diciendo –La cosa es que no todos los colonos capturados se quedaban, corrían y decían la posición de las tribus, las tribus se cansaron y hicieron algo prohibido por dios, invocaron a un antiguo demonio en la sangre y cuerpo de uno de los guerreros de la tribu– Madam me enseñó otro cuadro eran los mismos esclavos sin cadenas y viendo directo hacia enfrente, estos ya no parecían humanos, tenían sangre en su boca y uñas largas, los hombres blancos estaban en el suelo sin cuello, este se llamaba “esclavitud”
–Fue un pactó impío, las tribus pidieron poder a los Loas y estos les contestaron– yo conociendo la historia pregunté entonces –¿Habla sobre los Sasabonsam?– Madam comenzó a reír de forma calmada y respondió –No hablo sobre los Asambosan, son muy diferente a los Sasabonsam o lo que la cultura popular menciona como vampiros–
–Pero son lo mismo, además no se tiene registro de historia que digan de dónde surgieron ¿Cómo sabe que fue por un pacto y no una maldición?– Presentía en ese momento que algo saldría mal, pues los ojos de Madam eran profundos, en mi. Madam ignorando mi pregunta me pidió acompañarla, comenzó a preguntarme la historia de algunos cuadros, muchos los reconocí de inmediato y otros pocos se me hacía imposible recordar haberlos visto, estos últimos eran extraños, con colores más sombríos y escenarios lúgubres, a lo que al final me dijo que esos cuadros estaban hechos por su bisabuela y los demás por artistas famosos, entonces me preguntó –¿Ve el verdadero dolor? ¿Ve los que ellos sufrieron como para distorsionar por completo su percepción sobre lo que es bello– Sus lágrimas recorrían sus mejillas mientras tocaba la pieza de arte y la veía con una completa ilusión.
Me siguió mostrando la casa, quitó las lágrimas de su mejilla y abrió una puerta hacia el sótano, caminé hacia donde ella estaba sosteniendo la manija de la puerta –Aquí tengo mi pasado, en ese lugar pareciera que el tiempo se detuvo, tengo todos mis recuerdos– creía que me quería llevar hacia abajo, pero en lugar de eso cerró la puerta, antes de cerrarla por completo alcance a ver el brillo de un gran ojo por las escaleras, eso me hizo sentir con mucho miedo, pero decidí no comentar nada la respecto ya que esto me parecía extraño por completo.
Estábamos por finalizar la invitación cuando escuché el pisar de unos grandes tacones bajando por las escaleras, gire la cabeza y entonces la vi, era hermosa por completo, era la hermana de Madam Ramona, Lilith me parecía que se llamaba, su vestido negro parecido a las mujeres de los 60s me cautivó y aunque se que soy mucho mayor ella era completamente hermosa, su rostro, su cabello parecido a las nubes el cuál descendía y se levantaba en curva. Lilith me saludo y le pregunto a su hermana –¿Y este hermoso hombre quien es Ramona? ¿La cena acaso?– no entendí eso último, pero no quería entender ella era preciosa.
Mi cerebro en ese momento no sabía que hacer, pues tenía miedo pero a la vez me sentía enamorado, con la poca sensatez que me quedaba me despedí de Madam, pero antes ella me dijo –Espere mi visita– mostrando una sonrisa psicópata, salí de la casa de inmediato y me subí a mi coche.
Por eso es que escribo está carta mi niña, si muero quiero que sepas que culpo por completo a los Roes, pues la verdad me dan mucha mala espina y siento mi muerte llegar pronto.
Se que no has perdonado lo que pasó hace 5 años y merezco tu odió, pero por favor entrega está carta a la policía si encuentran mi cuerpo sin vida.
Max Swet
13 de agosto
Amigo Santiago, te escribo está carta esperando que hayas recibido la carta de ayer en donde te contaba mi aventura tras ser invitado a la casa de Madam Ramona, de igual forma le escribí a mi hija lo mismo, pero hubo algo que omití que no quise decirle ni a ella ni a ti en su momento, pero creo que tú puedes saberlo y es que cuando me encontraba en su casa antes de irme de la mansión, por accidente Madam me tomo de la mano, pero al hacerlo la retiro con rapidez, como una persona al tocar una hoya en brazas ardientes. Al principio no entendí porque, hasta que hoy en la mañana recordé que tenía el anillo de plata que mi niña me dio en dicha mano, y eso fue lo que me hizo pensar, no quiero que mi mente vuele tanto es estúpido creer lo que mi mente me muestra con claridad, pero creo que la familia Roes son Asanbosams o vampiros como se les conoce ahora.
Cómo dije se que mi hija pensara que estoy loco si le digo eso, ero todo concuerda ellos estuvieron hablándome sobre dicha cosas y aunque jamás he creído nada de eso me trauma la idea, además hay otra cosa.
La vi en mi sueños, vi a Lilith, ella estaba en mi ventana viéndome con sus ojos color vino fuerte, completamente desnuda, aunque fue un sueño se sentía tan real, me sentía tan locamente alterado, pero no lograba moverme, ella solo me veía y reía mientras acariciaba sus manos y su cuerpo lentamente. Fue me atrevo a decirlo tan excitante y a la vez lúgubre
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