Era de mañana, Atif estaba en completo silencio observando la dinámica familiar, lo cual era completamente nuevo para él.
—Entonces…—bufó Grimm, mientras veía a Zurie a su vez que resoplaba por la nariz—. ¿Qué pretendes con mi hermana?—gruñó, pues el día anterior no tuvo tiempo de cuestionarle ya que les había dejado la comida he ido a trabajar.
—Grimm, sólo tienen algunos días de conocerse, no le asustes a sus amistades.
—Los asustaré las veces que sean necesarias—alzó la voz, azotando la mano contra la mesa, provocando un susto a Atif; sin embargo, Zurie se le quedaba viendo con apatía.
—Traje más punkesitos—canturreó Kiki, acercándose con una bandeja sorpresa que tenía.
— ¿Quieres punkesitos?—gruñó amenazante Grimm al muchacho.
—No me gustan las cosas dulces
— ¿Estás rechazando a mi hermanita, cuál es tu maldito problema?
—Te preparé un punkesito de pizza—chilló nuevamente, ignorando a su hermano, pues estaba acostumbrada a lo intenso que era.
—Por el amor de dios, Grimm—le reprendió Clare, jalándole de los cabellos y sacudiéndolo un poco.
—No me toques, maricón roñoso—se quejó Grimm, metiéndole un cachetadón.
—Creo que mejor tomamos el camión, durarán así un rato —habló Kiki con dulzura, dejando que al fondo ambos se agarraban a punkeputazos.
Atif asintió obediente, tomando sus cosas para seguir a Kiki sin poder evitar voltear a ver a esos dos.
—Vaya, ¿ellos son pareja o algo así?—preguntó curioso Atif, pues ambos parecían ser los papás de Kiki.
Kiki rió sin poderlo evitar, mientras negaba con la cabeza.
—No, es…creo que es el mejor amigo de mi hermano, es decir, nunca se lo ha dicho y se limita a decirle socio, pero es la única persona que convive con él. Se llevan bien, se conocen desde que yo estoy chiquita.
—Vaya, que padre…—suspiró sin querer de manera soñadora, lo cual Kiki notó.
—Cuando quieran, ambos son bien recibidos en mi casa…aunque mi hermano quiera intimidarlos, no se preocupen, así era con mis amigas de la anterior escuela.
— ¿Tenías amigas?—preguntó sin tapujo Zurie.
—Dhi, teníamos nuestro club del té, donde intercambiábamos pelucas o vestidos—habló con un aura rosa le rodeaba.
— ¿Y qué fue de ellas?—dijo Zurie realmente extrañado, a la vez que tenía un escalofrío por imaginar un ejército de Kikis.
—Se mudaron a la gran ciudad, sus padres querían meterlas a buenas escuelas—rió un poco apenada por ella misma sin poderlo evitar—.Oh, ahí está el camión. Apresurémonos.
Los chicos aumentaron el paso, para finalmente subir, sin embargo, una vez adentro y con el transporte escolar en movimiento; Atif se quedó congelado, sintiendo que era demasiado tarde incluso para tirarse por la ventana, pues veía al fondo a Altair sentado.
— ¿Esas no son tus ropas?—musitó Kiki, extrañada de verlo con ese pantalón de mezclilla, tenis blancos, playera polo y suéter tejido.
Atif asintió algo confundido, sintiendo por un segundo, pena por él e incluso teniendo una idea que aplicaría el siguiente día para ser su amigo, tal vez eso era lo que necesitaba.
El día transcurrió de manera lenta, Atif estaba ansioso de que llegara mañana para aplicar su plan, y para eso, debía sobrevivir a Altair lo cual fue sencillo con la compañía de Kiki y Zuri, nunca se lo permitió.
Era de mañana, Atif se veía de muy buen humor pensando que la manera de congeniar con Altair funcionaría. El pelirrojo iba de camino a la escuela con un gran saco lleno de ropa que él ya no usaba; estaba más que seguro que esto funcionaría, así que por primera vez pisó con seguridad el salón, buscando con la mirada al chico hasta toparse con él.
—Hola—sonrió Atif con timidez poniéndose frente a él.
— ¿Hola?—arqueó una ceja algo desconcertado, soltando una arrogante risa para esconder su extrañeza— ¿Ya vienes por tu cuenta, amiguito? Ayer no me dejaste jugar con…
No terminó de hablar cuando Atif colocó el costal de ropa en su pupitre, abriéndolo y sacando una que otra prenda.
—Pensé que te podría gustar…uh, son cosas que no necesito, te las puedes quedar. Son pantalones, suéteres, playeras, zapatos y…
Atif se quedó callado cuando notó cómo Altair comenzaba a ponerse rojo, la gente empezaba a murmurar; diciendo básicamente lo gentil que era Atif por obsequiar a alguien tan necesitado como Altair, sin embargo, el contrario no lo estaba tomando de la misma forma, pues su rostro se iba deformando en una ira bastante notable.
— ¿Te crees la gran cosa por darme tus sobras?—bufó poniéndose de pie lentamente, sintiéndose trabado del coraje y envidia— ¿Vienes a presumirme todo lo que te sobra, ricachón de mierda? ¿Vienes a presumirme lo genial y fácil que es tu puta vida?
—N-n-no…no, sólo… sólo creí que podíamos ser amigos y…
Altair atinó un fuerte golpe que tumbó a Atif, la gente gritó quedando en shock, mientras que el chico se encimaba en Atif para empezarlo a golpear con toda la rabia del mundo.
Zurie corrió junto con Kiki, el primero tratando de separar al bravucón de su indefensa víctima. Parecía que estaba poseído de tanta rabia que tenía provocada por la envidia.
Para Atif, todo se puso borroso al final…las voces se hacían lejanas, lo último que oyó fue a Kiki gritar, pues un golpe le había atinado a ella al tratar de apartar a su amigo de la pelea.
Comments (0)
See all