Hace ya 140 años que mis padres murieron, Dejándonos a el horrible y cruel mundo que tanto ellos protegían.
Mi nombre es Nora Floyd y soy parte del linaje de los Vampiros de Gales, Junto a mi hermano Jack Floyd. Hemos estado viajando desde la muerte de nuestros padres.
La vida era tranquila, mi madre y yo nos sentábamos en el lago para poder admirar la belleza de las flores que crecían cerca, mi padre jugaba con Jack, Fue cuando escuchamos aquel Disparo desgarrador.
Todo empezó cuando Nuestros padres fueron asesinados por aquellos con los que trabajaban, Sus amigos los traicionaron, sus colegas los masacraron, Sus jefes los engañaron.
Éramos parte de lo que seria la Unificación de los vampiros a la sociedad como tal, con una campaña de movimientos para ayudar a las demás razas, pero aquellos que mis padres llamaban colegas les dieron la espalda y los asesinaron. Nosotros fuimos llevados por la policía a casas de acogida donde viviríamos unos años en una clase de orfanato y en un colegio.
Mientras los demás niños crecían nosotros manteníamos nuestra estatura, las personas nos miraban como una atrocidad, como unas personas enfermas.
38 años pasaron para que una familia antes que cerrara el orfanato no llevara con ellos.
No eran malas personas, nos sacaron de gales y nos llevaron a Londres donde viviríamos Jack y yo durante un tiempo. La familia que nos acogió le empezó a parecer raro la falta de crecimiento, el orfanato mintió sobre nuestras edades y nuestro aspecto no ayudaba mucho a que ellos entendieran que ya teníamos más de 60 años.
Yo y Jack decidimos guardar nuestras habilidades de vampiro para no causar problemas, pero un día Jack tuvo una pesadilla y sus alas se dejaron ver.
Aquellas personas amables que tantos años nos cuidaron, con una cara horrorizadas se fueron y nos abandonaron a nuestra suerte.
2 años después, una familia compro la casa en donde vivíamos y cuando entraron nos vieron como unos simples vagabundos que irrumpían en su propiedad, pero aun así ellos nos adoptaron.
Teníamos una hermanastra de parte de ellos cuyo nombre era Elizabeth Queen en porte ella nos ganaba a mi y a mi hermano, Elizabeth era una niña de no mas que 16 años de edad aun que yo tuviera 62 años para un vampiro es aún la niñez, ella era una niña problemática para nosotros.
Cuando Los padres de Elizabeth supieron sobre nuestro secreto que se había vuelto un rumor en Londres, ellos nos encerraron en una prisión, en el sótano. La humedad y los hongos que crecían eran nuestro único alimento encerrados. Jack empezaba a desnutrirse y lo único que podía darle era algunos ratones que lograba tenderles trampas.
Ya después de unos meses desde nuestro encierro, Elizabeth mientras yo dormía bajo y sedujo a Jack con comida para que saliera, cuando desperté por el grito agonizante de Jack, vi aquella escena que traumo a Jack.
Elizabeth estaba con un cuchillo carnicero ensangrentado en una de sus manos y en la otra las alas de Jack. Ella solo reía, REIA SIN MAS NO PODER. MI. . . MI FURIA ME SEGO Y CUANDO PUDE RETOMAR EL CONTROL. . .
Cuando pude retomar el control me encontraba en el baño con Jack vendado y desmayado, Mis manos estaban ensangrentadas no por la sangre de Jack, si no por la sangre de aquella familia que nos aprisiono.
Deje a Jack en la tina mientras salía del baño para ir a buscar algo donde poder cargarlo, Afuera se encontraba cortado por la mitad la madre de Elizabeth, al bajar las escaleras se encontraba el padre con la cara desgarrada, y al bajar al sótano, estaba Ella.
Aún con vida, pero sin sus brazos.
- Pp- por favor... no- no me mates. (Elizabeth)
Mi odio crecía cada vez que la escuchaba hablar, no lo soportaba, La tome del pelo y la lleve afuera donde se encontraban los perros de caza de la familia, Al menos eso pensaban ellos.
Deje su cuerpo a merced de los caninos, Mientras ella suplicaba que la ayudase y perdonase, los perros hambrientos empezaban a sentir el olor a sangre proveniente a ella. Y por mas que ella gritara por ayuda o que se alejaran ellos, estos empezaron a devorarla mientras su grito de agonía solo me causaba un vacío aun mas grande en mi cuerpo, Volví a donde Jack con una pequeña carreta y nos fuimos de la casa.
Cuando Jack por fin despertó este solo tenia una mirada perdida y sin luz como solía ser.
Los Humanos, bestias y otras razas. Por más que decían poder mantener una sociedad libre de peleas, libre de discriminación siempre en alguna parte de este mundo, Siempre estará la maldad oculta tras sus falsas caras.
He tenido que cazar en los bosques comida, hemos tenido que comer sobras de hace mucho tiempo. Nuestra ropa se malgasto y aun, así como la hermana mayor que era intente hacer todo lo posible para que Jack volviera a brillar como siempre lo hacía.
La policía empezó a buscarnos y en un intento de escapar de un coche patrulla Jack y yo nos metimos a un barco de carga.
Las personas que trabajaban en aquel barco nos pillaron y en vez de dejarnos en el próximo país, el capitán decidió que permaneciéramos en el barco. Jack solo se quedaba en los camarotes y yo tenia que ayudar a la cocinera. Muchos de los hombres que estaban en el barco eran simples trabajadores de clase media y de clase baja que querían lo mejor para sus familias y como una maldición, Vi morir a aquellos seres queridos que tenía por la vejez.
El capitán Müller quien nos acogió como sus niños y como parte de la tripulación fue el mas importante hombre luego de mis padres. Müller Fue la única persona que no corrió cuando le Conté que éramos vampiros. Él me dijo “Creo en un mundo donde Todos puedan vivir en paz”. El capitán, murió de viejo siendo feliz, haciendo lo que él más amaba, Navegar.
La ultima parada fue las costas de Japón, donde el barco fue comprado por una empresa de carga, renovaron el personal y debido a mi aspecto fui retirada.
Me encontraba vagando junto a Jack por las calles de Tsuki, El país no era igual a ninguno de donde estuviéramos antes, era más natural todo, pero a la vez muy colorido y tecnológico. Nuestro monedero se encontraba vacío ya que no recibíamos plata trabajando en el carguero.
Vivíamos a base de lo que las personas botaban en los basureros y robar nunca fue una opción por muy cruda fuera nuestra realidad. Nuestros padres y el señor Müller nos enseñaron que la vida seria dura y nunca debíamos rendirnos hasta tener esta paz que tanto buscábamos.
Jack y yo vivimos en el alcantarillado y salíamos de día para poder mendigar y buscar comida cuando un día nuestra rutina se rompió, y a Jack lo empezaron a acosar unos Hombres lobos.
Jack mirando el piso con su mirada perdida los Hombres lobos empezaron a buscar en su ropa algo de valor a lo que yo en un intento de protegerlo me abalancé sobre él y lo abrasé esperando que mis alas se abrieran, pero estaba tan débil que no podía.
Ellos rasguñándome y embistiéndose contra mí, perdía poco a poco mi fuerza y mi poca mana que me quedaba. Fue cuando una pared de concreto apareció entre los lobos y nosotros.
Ya casi en mis ultimas fuerzas lleve devuelta a Jack a las alcantarillas donde me desmaye.
Al despertar Jack estaba intentando coger una rata para comer, pero le detuve y volvimos a salir en búsqueda de comida. Nuestro mejor momento para buscar comida en los basureros era en la tarde cuando se hacían los cambios de personal, mientras yo buscaba en los basureros deje a Jack sentado a la espera. Por un pequeño dolor en mi pierna hice un estruendo con los basureros.
Cuando pude levantar la cabeza, alguien estaba en la puerta trasera del lugar, mirándome fijamente. Mientras que otra persona salía, corrí a proteger a Jack con toda mi fuerza que tenía envolviéndonos en mis alas. Estas personas no se asustaron al vernos, estas personas nos ayudaron. Aun que yo estaba preocupada estas personas nos alimentaron y incluso pude volver a ver la brillante mirada de mi hermanito por unos momentos. Aun que no entendía mucho lo que decían ellos, por sus acciones parecían ser buenas personas.
Nos dieron ropa, mas comida y incluso un lugar donde dormir. Y aquel chico que nos acogió, aquel chico que me salvo, aquel chico que vi su nombre era Hoichi Fujimaru.
Papa, mama. Encontramos la felicidad que buscaban, encontramos aquel paraíso que el señor Müller quería. Encontramos un nuevo hogar rodeado de personas que no nos odian. Y por primera vez en un largo tiempo puedo cerrar los ojos y descansar al lado de
Jack. . .
Sin miedo.
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